Agotamiento Académico
Cuando pienso en el verso que dice que el mucho estudio es fatiga a la carne puedo decir un amén bien grande. Luego de años de estudios, estoy en el proceso de completar mi disertación. Este proceso es sumamente agotador. Para escribir un párrafo de 5 líneas hay que leer al menos 5 artículos académicos de 30 páginas cada uno.
Qué hermoso es saber que nuestra relación espiritual con Dios no es así. Dios está a la distancia de la oración. El libro del profeta Jeremías dice (hablando Jehová) “Clama a mí que yo te responderé”. Pablo dijo “orad sin cesar”. Jesús dijo “pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá. Porque todo aquel que pide recibe, el que busca halla, y el que llama se le abrirá.” ¡Ahhh, que alivio! Y lo bueno de todo es que Dios no se muda ni cambia como la literatura académica que caduca, expira, o invalida. Dios es el mismo ayer, hoy, y por todos los siglos.
¡Mira! Busca a Dios mientras puede ser hallado y llámale pues aún está cercano. Vuélvete a Jehová quien tendrá de ti misericordia y está presto a perdonar. Acuérdate que nuestros caminos no son como sus caminos ni nuestros pensamientos como sus pensamientos. Dios es mucho mejor y quiere lo mejor para ti.
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