Hay cosas que a simple vista parecen comunes: amar, sonreír, ayudar, dar. Estas son cosas que la gente hace y no es considerado algo raro o fuera de lo común. Mira lo que Jesús dijo:
Lucas 6:32-34 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué gracia tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué gracia tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo. Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué gracia tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto.
¿Qué está diciendo Jesús en este pasaje? Es muy sencillo, amar al que te ama, ayudar al que te ayudó primero, y prestar al que tu sabes te va a devolver, son cosas que todo el mundo espera que sucedan; está dentro del marco de las expectativas de la gente sin importar su religión, raza, gentilicio, sexo, o preferencia política. Pero en realidad ¿estamos haciendo el bien, o hacemos lo que usualmente todo el mundo hace? ¿Cuál realmente es la diferencia entre los que sirven a Cristo y los que no? Déjame decirte que Jesús espera que nosotros seamos diferentes. Mira los ejemplos que nos ofreció:
Lucas 6:27-31 … haced bien a los que os aborrecen; Bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian. Y al que te hiriere en una mejilla, dale también la otra; y al que te quitare la capa, no le impidas llevar aun la túnica. Y a cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva. Y como queréis que os hagan los hombres, así también hacedles vosotros.
Fíjate que nos manda a tomar acción, no nos mandó a excluir, omitir, o dejar de hacer. Nos manda hacer lo inesperado. Nos manda hacer lo que los del mundo no harían. Nos manda a hacer lo que el mundo no puede entender. ¿Cómo es eso de que yo tengo que amar a mis enemigos? Se volvieron locos los Aleluyas! Pues mira, la Biblia dice en Romanos 12:20 que “si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer, y si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza.” Proverbios 25:22 lo repite que ascuas de fuego amontonas sobre sus cabezas. Esto quiere decir que haciendo estas cosas les estás amando con amor entrañable, amor de Dios, amor ágape. Y el amor ágape derrite el corazón duro, lleno de amargura, incredulidad, y rencor.
No te preocupes por el qué dirán ni por el rechazo. Atrévete a ser diferente. Atrévete amar como Cristo ama, sin mirar a quien, sin importar si te ofendió, sin importar si te rechazó. Sé que no es fácil pues yo he estado ahí. Probablemente te tocará perdonar y doblegar tu ego, como me ha pasado también. Perdona, pues Jesús dijo que tenemos que perdonar setenta veces siete. Además, recuerda el te perdonó a ti también.
Yo te invito a que sigas las huellas del Maestro haciendo lo que nos corresponde, y del resto se encarga Dios.