Límber de Coco

Mi mamá solía hacer unos congelados de diferentes clases de sabores. En Puerto Rico se le conocen como limber. Mi limber favorito era el de coco. Mi mamá guayaba la pulpa del coco, la hervía para extraerle la leche, y luego le añadía, vainilla, canela, y otros buenos gustitos. Luego de congelado, tenía dos características riquísimas. El la capa de arriba tenía la crema del coco. Esta porción aunque un poco desabrida, es muy rica en nutrientes. La parte final, es donde se asientan los sabores de coco, vainilla, canela, y demás. Mientras más profundo comes más intenso es el sabor del limber. Yo visualizo la vida del cristiano como el limber de coco.

Cuando recibimos a Cristo como nuestro salvador estamos en la etapa de crema superior. Todavía estamos en las de aprender el sabor del evangelio y a cómo profundizar en las cosas de Dios. Estamos tomando leche espiritual para ser nutridos en los rudimentos. Cuando estamos en la etapa del medio, ya vamos profundizando y gustando. Nos toma un tiempo navegar en la Palabra de Dios, conocer el carácter de Dios, desarrollar una vida de oración y búsqueda ante la presencia de Dios. En la medida que profundicemos en Dios, gustamos más, conocemos más, saboreamos más, y vemos más de quién es Dios. En la medida que profundicemos en la palabra de Dios encontramos todo lo que Dios tiene para nuestra vida.

Es hora de escudriñarnos y ver en qué nivel del vaso de limber estamos. Si estamos arriba en la crema, es tiempo de comenzar a navegar más profundo. No te dejes llevar por la suavidad de su sabor. Te aseguro que a medida que profundices en Dios, su sabor se intensifica. Si te quedas arriba en la crema, los vaivenes de este mundo te pueden llevar fácilmente. Si estás en el medio del vaso, sigue bajando pues todavía no has alcanzado lo mejor. Cuando comemos de lo que Dios tiene para nosotros es cual leche y miel, comerás y te saciarás, y engordarás (Deut 31:20) espiritualmente. “Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos a Jehová” (Lam. 3:40). Jesús le decía a Simón “boga mar adentro”. Yo te digo en esta hora, boga limber adentro. No te conformes con la crema. No te conformes con las cosas de este mundo; transfórmate renovando de tu mente, para que compruebes cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta (Rom. 12:2). Recuerda, lo mejor está en la profundidad.

 

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Créditos:

  1. Fondo musical de Alexis Ortega, Dios ha sido bueno, de la producción “Un Destello de tu Gloria”
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