Despedida al 2015

(c)MARILUICKES

Le doy gracias a Dios:

  1. Por mi vida (en enero estuve a punto de morir)
  2. Victoria (logré vender mi casa en Maryland)
  3. Mi esposo (varón esforzado que Dios me ha regalado. Ama a Dios con todo su corazón)
  4. Mis amistades cercanas (Sara, Ismael, Zulma, Janice, Onix, Milly, Julio, Noemí, Minerva, Jean, Fred, Migdalia, Corcoran, entre otros). Personas a quienes amo con amor entrañable.
  5. Por nuevas personas que aman a Dios que se van añadiendo a nuestra lista de amistades.
  6. Mis metas:
  • coordinando un poderoso adiestramiento de Capellanía en enero de 2016
  • durante enero, febrero y marzo, adiestrando un grupo de jovencitas que salen al campo misionero
  • mejorar el programa radial Cápsula Bíblica
  • predicaciones mensuales en español por TV
  • expandir el ministerio de capellanía
  • continuando con la labor que Dios ha puesto en nuestras manos.

Le pido a Dios fortaleza, dirección, y guianza. Sabiendo que El ha prometido no dejarnos ni abandonarnos. El ha prometido estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. El ha prometido su paz que sobrepasa todo entendimiento. El ha prometido sostenernos con la diestra de su justicia.

Le pido fortaleza para cumplir el “esfuérzate y se valiente”. Para cumplir el “no temas ni desmayes”. Para extender la mano al caído. Para ofrecer palabra de esperanza y restauración. Para no temer a lo que me pueda hacer el hombre. Para obedecer los “camina”, “ve aquí”, “ve allá”, “dile a esta persona”, “ayuda aquel”.

En esta hora yo te invito a que reflexiones en todas las bendiciones que Dios te concedió durante el 2015. Medita en todo aquello que puedes mejorar y/o emprender. Medita en las promesas de Dios para tu vida. Y medita en lo que Dios te ha llamado hacer.

Es mi oración que durante el 2016, veamos la gloria de Dios día a día. Que le creamos a Dios. Creamos a su palabra. Creamos que Dios es fiel para cumplir lo que ha prometido. Creamos que el no es hombre para mentir ni hijo de hombre para arrepentirse de lo que prometió. Sigamos las pisadas del Maestro. Y si no tengo la oportunidad de conocerte aquí en la tierra, nos veremos en el cielo cuando Cristo venga por su iglesia.

Que Dios te bendiga rica y abundantemente.