¿A mi manera?

En estos días mi esposo y yo hablábamos sobre una canción muy popular que se titula “A Mi Manera”. Un cantante muy famoso la llamaba “su himno nacional”. Esta canción trata de una persona que se encuentra en la recta final de su vida. Describe como vivió su vida “a plenitud”, menciona que aunque cometió errores, fueron tan mínimos que no hay ni que mencionarlos y todo lo hizo, a su manera. Dice que planificó su vida, tomó decisiones necesarias, en ocasiones ‘mordió más de lo que podía masticar, pero que al final, se lo tragó y lo enfrentó orgullosamente pues lo hizo, a su manera. También, dice que amó, rió, lloró, tuvo malas y buenas experiencias en las cuales perdió pero no fue tímido y todo fue, a su manera. Finalmente, describe que se consiguió a sí mismo, dijo lo que sentía sin mostrar debilidad, asumió golpes y todo lo hizo, a su manera. Es obvio que esta canción representaba mucho para él; era como su nacionalidad, su identidad, y su norte. Me resulta irónico pues esta canción está un tanto lejos de la porción que dice “Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte” (Proverbios 14:12).

Hoy día, cuando miramos a nuestro derredor, vemos que la gente anda como si Dios no existiera. Su dios es la profesión, la carrera académica, su abolengo, el negocio, el deporte, todo, menos Dios. Si nos acercamos un poco y les pregunta acerca de Dios las contestaciones son una amalgama entre fuerza sobrenatural, la madre tierra, fuerza mística, sol, karma, energía, millones de años, filosofía, todo, menos el Dios de la creación. Para ellos la Biblia es un libro de cuentos o una historieta, la creación es un mito, y todo lo referente al cristianismo les resulta algo simplemente intolerable. Por lo tanto, cada cual vive su vida a su manera o como bien le parezca.

El Salmo 14:1 reza, “dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; No hay quien haga el bien.” El Diccionario de la Lengua Española define necio con cuatro acepciones. 1) “Ignorante y que no sabe lo que podía o debía saber”; 2) “Imprudente o falto de razón”; 3) “Terco y porfiado en lo que hace o dice; 4) “Dicho de una cosa: Ejecutada con ignorancia, imprudencia o presunción.” En resumen, una persona necia es una persona que le falta conocimiento, juicio, prudencia, y razón. Por lo tanto, el necio actúa tercamente, porfiadamente, ignorantemente, imprudentemente y presumidamente. ¿Se parece esto al hombre que describe la canción “A mi manera”?

El Salmo 53:1 repitió el mismo verso pero añade que los necios hacen maldad. ¿Por qué hacen maldad, porque son malos? Explico, cuando nuestro corazón se llena de necedad, no hay manera de hacer el bien. No hay manera de hacer lo que le agrada a Dios. Ni tan siquiera hay manera de ser “buena gente” porque no existe un marco de referencia entre el bien y el mal. Simplemente no se cuentan con las bases para definir la ley de la moral que rige su vida. Por lo tanto, actúa como bien le parece aunque las consecuencias sean negativas. Es por esto que la Biblia dice en el Salmo 53:1 que “los necios hacen maldad”.  Es que no pueden distinguir ni discernir entre derecha ni izquierda. Imagínate las consecuencias de la necedad, que la Biblia dice en Proverbios 17:28 que “aun el necio, cuando calla, es contado por sabio”. Pero hay esperanza. Déjame compartir contigo lo que la Palabra de Dios nos exhorta. Dios invita a entender (Salmo 94:8) y a no salirnos del camino (Proverbios 1:32). El Salmo 32:8 dice “te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos.”  El Salmo 119:27 dice “hazme entender el camino de tus mandamientos, Para que medite en tus maravillas.” Pero Marilú ¿cómo es que voy a entender? Si no entiendo, no entiendo ¿No?

El Salmo 119:130 dice que “la exposición de tus (Dios) palabras alumbra; Hace entender a los simples.” Escudriña las escrituras y ora. Dice Jeremías 33:3 “clama a mí y yo te responderé y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.” El Salmo 25:8 dice “bueno y recto es Jehová; Por tanto, él enseñará a los pecadores el camino. El Salmo 101:2 dice “entenderé el camino de la perfección cuando vengas a mí. En la integridad de mi corazón andaré en medio de mi casa.” Fíjate que la Biblia dice una vez llegamos a Cristo vamos a entender el camino de la perfección. No vas a entender si no le has entregado tu vida a Cristo.

Dios invita a no salirse del camino (Proverbios 1:32). Dios te va a enseñar el camino que has de escoger (Salmo 25:12). Dios te va a enseñar su camino (Salmo 27:11). Es como si Él te dijera, toma el mapa yo te guio. Si hay caminos torcidos, Dios los va a enderezar por ti para que no te salgas del camino (Hebreos 12:13).  Salmo 37:5 te exhorta “encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará.” Tu trabajo es confiar en Dios pues El está a cargo, El ordena tus pasos y aprueba tu camino (Salmo 37:23). Y ¿como sabemos cuál es el camino? “Yo (Cristo) soy el camino, la verdad y la vida” (Juan 14:6). Sigue las huellas de sus pasos que el deja delante de ti pues sus pasos nos pondrá por camino (Salmo 85:13) y su Palabra nos es lámpara y lumbrera para poder ver sus huellas (Salmo 119:105).

Nos toca a ti y a mí decidir y caminar. Dios no te va a forzar, es tu decisión caminar en rectitud. El Salmo 119:33 dice “Enséñame, oh Jehová, el camino de tus estatutos, Y los guardaré hasta el fin.” Somos nosotros los que decidimos guardar. El Salmo 119:30 dice “escogí el camino de la verdad; He puesto tus juicios delante de mí.” ¿Ves? El salmista escogió; Dios no escogió por él. El Salmo 119:101 dice “de todo mal camino contuve mis pies, Para guardar tu palabra.” Proverbios 4:11 dice que “Por el camino de la sabiduría te he encaminado, Y por veredas derechas te he hecho andar.” Dios endereza nuestros pasos cuando tomamos una determinación de seguirle y guardar su palabra. Yo te invito a que escojas el camino que te lleva a la vida. “No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová y apártate del mal” (Proverbios 3:7).
Decídete por Cristo.