Oídos, perdonados, y sanados
Hoy leí un mensaje de la Pastora Zulma Cruz de Escabí en Facebook que decía que la gente quiere recibir las bendiciones que Dios da pero no quieren asumir las responsabilidades que hay que asumir como hijos de Dios. Estoy totalmente de acuerdo.
2 Crónicas 7:14 dice:
Si se hi humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.
La Biblia claramente establece unos requisitos para la ser escuchados, perdonados, y sanados.
Primeramente Dios nos llama a humillarnos. Dejar el orgullo. Reconocer que El es el YO SOY, creador de los cielos y la tierra. Y que no tenemos poder para restaurarnos a nosotros mismos.
Segundo, hay que orar y buscar el rostro de Dios. Hay que comunicarse con el Creador. Presentarnos a el tal cual somos. La Biblia dice que un corazón contrito y humillado no es rechazado por Dios. También dice que le hayan los que temprano le buscan.
Tercero, hay que convertirse de nuestros malos caminos. Hay que dejar atrás nuestra vida pasada. Si queremos que Cristo sea el dueño y Señor de nuestras vidas, las cosas viejas tienen que quedar atrás, he aquí todas son hechas nuevas dijo el apóstol Pablo. Dejar atrás nuestra vida mundana y vivir una vida 100% para Dios. Por completo, no a medias.
Estos tres son los requisitos para ser oídos, perdonados, y sanados.